Detrás de cada sueño y de cada logro alcanzado, hay muchas lágrimas derramadas, muchas rodillas rotas por las caídas en el trayecto y muchos pies sangrantes por todo el camino recorrido. Hay heridas que atrapan el alma y a veces pensamos que no sanarán; pero sobre todas estas huellas que se van impregnando en nuestro ser, tenemos que sobreponernos y levantar el ánimo y el espíritu, para seguir adelante y lograr esos sueños que a veces pensamos que son inalcanzables y que solo están a la disposición de aquel que esté dispuesto a dar la batallar, a luchar hasta quedar sin aliento y seguir hasta lograr la meta anhelada, a la culminación de un logro en su vida, a su Everest personal!
Si tenemos que llorar, lloramos, si tenemos que patalear y gritar hasta quedar sin aliento lo hacemos; pero hay que levantarse, enjugarse las lágrimas y seguir adelante. Porque la vida no termina ahí… Esta sigue su curso y solo si estamos dispuestos a coger nuestra mochila de vida y seguir escalando en ese Everest nuestro, lograremos el éxito deseado.
Así que paremos de llorar, recojamos nuestra mochila, cargada con nuestra vida y vayamos a lo alto de la cima, porque el mundo es nuestro y nuestro es , el triunfo anhelado! Nuestro Everest nos espera!
Si tenemos que llorar, lloramos, si tenemos que patalear y gritar hasta quedar sin aliento lo hacemos; pero hay que levantarse, enjugarse las lágrimas y seguir adelante. Porque la vida no termina ahí… Esta sigue su curso y solo si estamos dispuestos a coger nuestra mochila de vida y seguir escalando en ese Everest nuestro, lograremos el éxito deseado.
Así que paremos de llorar, recojamos nuestra mochila, cargada con nuestra vida y vayamos a lo alto de la cima, porque el mundo es nuestro y nuestro es , el triunfo anhelado! Nuestro Everest nos espera!