Según la Real Academia de la Lengua, procrastinar significa diferir, aplazar; es el hábito o la costumbre que tienen algunas personas de posponer ciertas actividades, tareas o situaciones que deben ser atendidas en un determinado momento y que son reemplazadas por otras menos importantes, pero mas agradables.
Todos hemos caído en algún momento en este hábito tan "cómodo";pero tan perjudicial a veces. Procrastinamos para hacer un trabajo que requiere tiempo y esfuerzo, para hacer alguna diligencia… Procrastinamos para empezar la dieta y el plan de ejercicios que nos ayudará a bajar de peso. ¡En fin procrastinamos para todo! Es más fácil “distraernos”, que llevar a cabo la acción que estamos rehuyendo. A veces es simplemente eso, la comodidad, la pereza en la “zona de confort”.
Puede ser simple “vagancia”, pues retardamos el esfuerzo de realizar determinada tarea; pero la procrastinación también puede ser resultado del miedo al fracaso y posponemos enfrentarnos al hecho.
A veces la indecisión nos hace procrastinar. Si nos surgen dudas de hacer algo, vacilamos, perdemos el tiempo pensando en que hacer o no hacer y así vamos posponiendo una decisión o actuación, hasta que ya no queda mas remedio…
Procrastinamos porque es mas fácil hacer aquello que nos gusta o nos resulta cómodo, que tomar una acción difícil y esto a veces puede resultar en un “dolor de cabeza” al afectar situaciones importantes en nuestra vida.
A todos nos pasa… ¿Verdad? Muchas veces vamos posponiendo decisiones o ciertas acciones y así va pasando el tiempo sin darnos cuenta. A veces por culpa de esa procrastinación dejamos pasar oportunidades…Se nos pasan los sueños, las metas que nos propusimos y que al dejarlo “para después” van a parar al “baúl de los recuerdos”. Procrastinar de vez en cuando no hace daño, el problema comienza cuando se vuelve un hábito…
¿Y que podríamos hacer para evitar caer (en la medida que sea posible) en este hábito a veces tan indeseable?
Todos hemos caído en algún momento en este hábito tan "cómodo";pero tan perjudicial a veces. Procrastinamos para hacer un trabajo que requiere tiempo y esfuerzo, para hacer alguna diligencia… Procrastinamos para empezar la dieta y el plan de ejercicios que nos ayudará a bajar de peso. ¡En fin procrastinamos para todo! Es más fácil “distraernos”, que llevar a cabo la acción que estamos rehuyendo. A veces es simplemente eso, la comodidad, la pereza en la “zona de confort”.
Puede ser simple “vagancia”, pues retardamos el esfuerzo de realizar determinada tarea; pero la procrastinación también puede ser resultado del miedo al fracaso y posponemos enfrentarnos al hecho.
A veces la indecisión nos hace procrastinar. Si nos surgen dudas de hacer algo, vacilamos, perdemos el tiempo pensando en que hacer o no hacer y así vamos posponiendo una decisión o actuación, hasta que ya no queda mas remedio…
Procrastinamos porque es mas fácil hacer aquello que nos gusta o nos resulta cómodo, que tomar una acción difícil y esto a veces puede resultar en un “dolor de cabeza” al afectar situaciones importantes en nuestra vida.
A todos nos pasa… ¿Verdad? Muchas veces vamos posponiendo decisiones o ciertas acciones y así va pasando el tiempo sin darnos cuenta. A veces por culpa de esa procrastinación dejamos pasar oportunidades…Se nos pasan los sueños, las metas que nos propusimos y que al dejarlo “para después” van a parar al “baúl de los recuerdos”. Procrastinar de vez en cuando no hace daño, el problema comienza cuando se vuelve un hábito…
¿Y que podríamos hacer para evitar caer (en la medida que sea posible) en este hábito a veces tan indeseable?
¡Podríamos comenzar por reconocer que a veces esto nos sucede y aprender a “detectar” cuando este comportamiento haga su “imprudente” acto de aparición! Especialmente en circunstancias que revisten gran importancia para nosotros, como la toma de una decisión o llevar a cabo una tarea que requiere acción inmediata. Una vez estemos frente a ese momento de procrastinación, tratemos de combatirlo. A veces no es fácil, pero se puede…
A veces es una lucha constante, pero tenemos que intentar hacer ese cambio. Podemos intentar, realizar primero las tareas difíciles y así ya no tendremos excusas para dejar las cosas “para luego”…. ¡Busquemos la motivación para nuestras decisiones y convirtamos esta en acción! Así cumpliremos con las responsabilidades en el momento justo. Básicamente es cambiar un mal hábito por un buen hábito. ¡Rompamos ese círculo en que nos envolvemos! ¡La meta debe ser; no procrastinar mas, levantarse y hacerlo ya!
A veces es una lucha constante, pero tenemos que intentar hacer ese cambio. Podemos intentar, realizar primero las tareas difíciles y así ya no tendremos excusas para dejar las cosas “para luego”…. ¡Busquemos la motivación para nuestras decisiones y convirtamos esta en acción! Así cumpliremos con las responsabilidades en el momento justo. Básicamente es cambiar un mal hábito por un buen hábito. ¡Rompamos ese círculo en que nos envolvemos! ¡La meta debe ser; no procrastinar mas, levantarse y hacerlo ya!