Imagino que muchos de ustedes tendrán una mascota, en especial un perrito (o varios) en su casa y estarán de acuerdo conmigo que es reconfortante llegar y ver la alegría y entusiasmo con que nos reciben.
¡De verdad llena a uno de felicidad! Usualmente pasamos el día entre gente malhumorada, que ni siquiera sabe decir “un buenos días” o no se toman la molestia de brindar una sonrisa como si la cara se les fuera a descuadrar por tan “inusual y atrevido” gesto.
Porque sonreír se ha convertido prácticamente en un acto revolucionario. Y son nuestras queridas mascotas quienes vienen al “rescate”, a salvarnos el día, luego de tantas preocupaciones, de largas horas de trabajo extenuante y de vivir atrapados a cada paso que damos entre las insoportables “caras largas” que componen nuestro entorno citadino.
Y no solo al llegar a la casa el recibimiento de nuestra mascota se convierte en un momento feliz, en especial los perritos, también cuando les paseamos (o ellos a nosotros). Todo el que tiene un perro ha disfrutado ese momento tan especial-y único- cuando salen desbocados y desbordantes de alegría…y nosotros tras de ellos-casi con la lengua por fuera-mientras nos olvidamos por ese instante de los problemas que nos aquejan.
Recibimos muchos beneficios al salir a caminar con nuestro perrito: agilizamos nuestro cuerpo y mantenemos activo nuestro metabolismo, nos mantenemos mas flexibles, oxigenamos nuestro sistema, quemamos calorías, nos relajamos al disfrutar al aire libre y sobre todo disfrutamos junto a ese acompañante tan especial de un momento de tranquilidad para recargar energías para seguir con la rutina diaria.
La verdad, las mascotas son-por mucho- una de las mejores “terapias” y una de las actividades físicas mas fáciles de realizar que tenemos a mano para lidiar con el entorno que nos rodea…Y son nuestros mejores amigos (nunca nos fallan). ¡Amemos a nuestros animalitos, disfrutemos su presencia y sobre todo respetemos esa vida tan especial que el Universo puso a nuestro lado!
Imagino que muchos de ustedes tendrán una mascota, en especial un perrito (o varios) en su casa y estarán de acuerdo conmigo que es reconfortante llegar y ver la alegría y entusiasmo con que nos reciben.
¡De verdad llena a uno de felicidad! Usualmente pasamos el día entre gente malhumorada, que ni siquiera sabe decir “un buenos días” o no se toman la molestia de brindar una sonrisa como si la cara se les fuera a descuadrar por tan “inusual y atrevido” gesto.
Porque sonreír se ha convertido prácticamente en un acto revolucionario. Y son nuestras queridas mascotas quienes vienen al “rescate”, a salvarnos el día, luego de tantas preocupaciones, de largas horas de trabajo extenuante y de vivir atrapados a cada paso que damos entre las insoportables “caras largas” que componen nuestro entorno citadino.
Y no solo al llegar a la casa el recibimiento de nuestra mascota se convierte en un momento feliz, en especial los perritos, también cuando les paseamos (o ellos a nosotros). Todo el que tiene un perro ha disfrutado ese momento tan especial-y único- cuando salen desbocados y desbordantes de alegría…y nosotros tras de ellos-casi con la lengua por fuera-mientras nos olvidamos por ese instante de los problemas que nos aquejan.
Recibimos muchos beneficios al salir a caminar con nuestro perrito: agilizamos nuestro cuerpo y mantenemos activo nuestro metabolismo, nos mantenemos mas flexibles, oxigenamos nuestro sistema, quemamos calorías, nos relajamos al disfrutar al aire libre y sobre todo disfrutamos junto a ese acompañante tan especial de un momento de tranquilidad para recargar energías para seguir con la rutina diaria.
La verdad, las mascotas son-por mucho- una de las mejores “terapias” y una de las actividades físicas mas fáciles de realizar que tenemos a mano para lidiar con el entorno que nos rodea…Y son nuestros mejores amigos (nunca nos fallan). ¡Amemos a nuestros animalitos, disfrutemos su presencia y sobre todo respetemos esa vida tan especial que el Universo puso a nuestro lado!