Por mucho tiempo ha habido muchos mitos acerca del huevo y el papel que este juega en nuestra nutrición, en especial la tan “discriminada” yema. Mucha gente ha tenido la creencia de que la yema del huevo sube los niveles de colesterol malo y esta ha sido considerada un producto prohibido entre aquellos que han querido cuidar su salud. Pero hoy día se reconoce el alto valor nutricional del huevo en nuestra dieta y sobre todo la gran importancia que tienen sus proteínas para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
Estudios nos dicen que no es el colesterol ingerido el que es problemático para los niveles de colesterol en el organismo, sino las grasas saturadas que se ingieren con los diferentes alimentos que componen las diversas y desequilibradas dietas de gran parte de la población.
En realidad, son otros los alimentos que, en comparación con el huevo, son causantes de elevar el colesterol, además de otros malos hábitos como no desayunar, no dormir suficiente, hacer ejercicio en ayunas o por tener mucha grasa abdominal.
Hoy sabemos que el colesterol de la yema del huevo no es perjudicial para nuestro organismo sino por el contrario, la yema de huevo en realidad puede disminuir el nivel de triglicéridos, factor desencadenante de los infartos, así como del colesterol. Su elevada concentración en ácidos grasos insaturados omega 3 y 9 se relaciona con ciertas propiedades para aumentar el colesterol bueno. Comer huevos con regularidad puede en realidad disminuir los lípidos de baja densidad (colesterol malo) y aumentar los lípidos de alta densidad.
No se deben limitar el consumo de los huevos sino la cantidad de grasas saturadas que se ingieren normalmente, ya que éstas aumentan considerablemente el colesterol en sangre, además de otros factores como el fumar, el sedentarismo y el sobrepeso.
Las proteínas del huevo son ricas en aminoácidos esenciales y son consideradas como una proteína de referencia. En términos de equivalencia entre alimentos: 2 huevos aportan tantas proteínas como 100 g de carne o 100 g de pescado. El huevo está cargado de vitaminas (en especial vitamina B12, ácido pantoténico, biotina, Vitaminas D, A, B2 y niacina) y minerales (fósforo, zinc, selenio) y es relativamente bajo en calorías (hay 156 calorías en un huevo entero).
Las claras de huevo contienen un poco más de proteínas que las yemas. Una clara de huevo grande contiene 3,6 gramos de proteína, en comparación con 2,7 gramos de proteína que se encuentra en la yema de huevo.
Así que la idea es todo lo contrario a lo que se creía en un principio, es decir, no hay que quitar los huevos de la dieta, sino todo lo contrario, para que la dieta sea sana debemos de incluirlos siempre ya que son uno de los alimentos naturales más altamente nutritivos.
Estudios nos dicen que no es el colesterol ingerido el que es problemático para los niveles de colesterol en el organismo, sino las grasas saturadas que se ingieren con los diferentes alimentos que componen las diversas y desequilibradas dietas de gran parte de la población.
En realidad, son otros los alimentos que, en comparación con el huevo, son causantes de elevar el colesterol, además de otros malos hábitos como no desayunar, no dormir suficiente, hacer ejercicio en ayunas o por tener mucha grasa abdominal.
Hoy sabemos que el colesterol de la yema del huevo no es perjudicial para nuestro organismo sino por el contrario, la yema de huevo en realidad puede disminuir el nivel de triglicéridos, factor desencadenante de los infartos, así como del colesterol. Su elevada concentración en ácidos grasos insaturados omega 3 y 9 se relaciona con ciertas propiedades para aumentar el colesterol bueno. Comer huevos con regularidad puede en realidad disminuir los lípidos de baja densidad (colesterol malo) y aumentar los lípidos de alta densidad.
No se deben limitar el consumo de los huevos sino la cantidad de grasas saturadas que se ingieren normalmente, ya que éstas aumentan considerablemente el colesterol en sangre, además de otros factores como el fumar, el sedentarismo y el sobrepeso.
Las proteínas del huevo son ricas en aminoácidos esenciales y son consideradas como una proteína de referencia. En términos de equivalencia entre alimentos: 2 huevos aportan tantas proteínas como 100 g de carne o 100 g de pescado. El huevo está cargado de vitaminas (en especial vitamina B12, ácido pantoténico, biotina, Vitaminas D, A, B2 y niacina) y minerales (fósforo, zinc, selenio) y es relativamente bajo en calorías (hay 156 calorías en un huevo entero).
Las claras de huevo contienen un poco más de proteínas que las yemas. Una clara de huevo grande contiene 3,6 gramos de proteína, en comparación con 2,7 gramos de proteína que se encuentra en la yema de huevo.
Así que la idea es todo lo contrario a lo que se creía en un principio, es decir, no hay que quitar los huevos de la dieta, sino todo lo contrario, para que la dieta sea sana debemos de incluirlos siempre ya que son uno de los alimentos naturales más altamente nutritivos.